jueves, 21 de octubre de 2010

Es todo en realidad tan simple?

Y pensaba yo hoy... en los monjes budistas, y cómo la gente de las ciudades admira la vida en la naturaleza y cómo la asocian con el bienestar y el equilibrio. El monje budista no tiene nada que hacer con su filosofía en una ciudad.... el verdadero mérito es encontrar el equilibrio en la urbe y el método no es el mismo que usa el budista. Qué desgracia identificarse con el dónde vives, de qué trabajas, qué has estudiado y a partir de ahí nuestra imaginación tiene que crear un perfil de esa persona, nos calma el desasosiego de acabar de conocerla y nos obliga a construir las mejores respuestas para nuestro propio perfil. No da mucha pena?

El problema de la ciudad es la paciencia, la que perdemos viviendo juntos, la que nos contamina nuestro estado mental, la que nos exigimos, la que os exijo a todos. No respetamos los intervalos, las esperas, los momentos de reposo, la mía cuando no es la tuya, la tuya cuando no es la mía..., la mía para mí misma, esos días que me machaco mentalmente. Mira las estaciones, al verano se le acaba el esplendor en algún momento y tiene que mutarse para convertirse en otro al año siguiente (este es su ritmo, no hace falta metaforizarlo con nuestro ritmo jajaja) y antes de llegar al invierno, tiene que pasar por la mutación del otoño, cómo nos molesta lo que no es blanco ni negro! ni verano ni invierno! disfrutemos de las transiciones también! 

Y ahora pensareis, "cuál es el método pues?? qué guay este post!" pues no lo sé... yo tampoco, sinó no estaría buscando trabajo y estaría escribiendo libros de autoayuda con prólogos de "a mí me fue muy bien, me cambió la vida". Pero básicamente sí, simplificar, y tratarse a uno mismo con cariño, no?. Vale, al final el monje tiene razón, simplificar las cosas, pero lo que no sabe el monje porque ya se ha olvidado, es que son muchas las cosas. Y el monje paga tasas?,  no CONvive!, qué paz tan poco admirable! qué fácil, no??.

Conclusión para los ciudadanos: vivamos con paciencia....... ahmmmmmmmm




2 comentarios:

  1. aaaiix Bel! qué filosófica te ha puesto Berlín! :)
    Ahí va un comentario al respecto: dices ser una pena el construirnos una personalidad (o de aquellos a quien conocemos) a partir de dónde vive, qué ha estudiado, con quién frecuenta... yo, al margen de valorar si es una pena o una alegría, diría que cada uno es como es por si mismo pero influye en una gran parte el DÓNDE vives o te has criado, con QUIÉN frecuentas, etc. de la misma manera en que también influye en tus gustos, tus creencias o tus hobbys.
    Seguramente Bel no serías tú misma si no hubieras nacido en los ochenta, con un panorama político, unos allegados y una educación determinados. Si hubieras nacido en L'H medieval (juas!), con una familia tosca y ruda, con un ambiente hostil y un panorama político (bien, existía la política en ese momento?¿) totalmente autocrático y sin libertades... ¿seguirías siendo tan dulce como eres, delicada, amante de las artes y detallista? ¿o hubieras sido mucho más práctica, seguramente dura de carácter e insensible a los sentimientos ajenos?
    Cada uno es como es por si mismo, pero no es ninguna pena, en mi opinión, que el carácter también se forje, obviamente, por condiciones sociales y temporales.
    Esta es mi reflexión! :)
    P.D. No me ha quedado realmente claro el tema de si los monjes pagan tasas...

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  2. claro que es importante cel! y muy determinante! en realidad me refiero a lo exigentes que somos, con los demas y con nosotros y al filtro de presentacion y de aceptacion, a esto me refiero con que me de pena. A como reducimos las personalidades...

    Pero no me quejo :) No es un blanco o un negro, es un todo,la realidad de la vida social.Y asi queremos vivir, pero si lo miras con distancia, se reduce un poco a eso.

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